domingo, 21 de julio de 2013

John Coffey

La verdad es que hoy tenia pensado dedicarle una entrada a mi "amigo" Perry Farrel y sus Porno for Pyros ahora que leído en algún lugar que la banda va a grabar un tercer álbum, pero después de escuchar el disco unas cuantas veces, al final el cuerpo me pedía marcha y "Good God´s urge" es un disco que precisamente marcha no tiene demasiada.


Para eso que mejor que recurrir  a un disco que tres diez meses en el mercado ha pasado muy desapercibido, cosa lógica siendo una banda holandesa que mezcla con "savoir faire" el hardcore, el punk rock y el rock ´n´roll más visceral.  John Coffe toman su nombre del personaje que en "La milla verde " interpretaba Michael Clarke Duncan, que precisamente murió unos días antes de que este disco grabado en Suecia viese la luz.

Aquí sonidos dulces nada de nada, ni siquiera esos niños que se oyen en el segundo single "Featherless redheads" suavizan a esta banda que a algunos oídos se le van a atragantar, eso si los coros de la banda suelen brillar con luz propia en casi todos los temas.

Aunque los temas tienen una crudeza bastante marcada, no todo es monotonia y en "Oh, oh Calamity" suenan unas guitarras eminentemente rocanroleras. "Bright Companions" tiene los mejores coros del álbum, en un tema cantado con una mala leche increíble. "Me vs I" es uno de los temas "más pausados" donde de nuevo brillan los coros y la influencia del hardcore no es tan obvia como en por ejemplo los iniciales "Announce" y "Dirty & Stones", "I, in the year 18" o  "I've Got a Bastard Virus and I Don't Even Know Where It Came From" vaya titulo para cañonazos más hardcore que otra cosa. El primer single fue "Romans" más rock que hardcore y otro de esos temas que tampoco dan tregua.

El disco se cierra con el único que podríamos considerar largo "The well" son 06:25 minutos aunque en realidad la parte cantada, o mejor dicho aullada con unos coros respuesta que en algún momento incluso pueden recordar sobre todo al inicio de la canción a los Beastie Boys, no llega a los tres minutos el resto deriva en un desarrollo musical de guitarra, que no sé porque lo asoció a una mezcla entre Davis Wyndorf y  Black Francis. Un disco enérgico a más no poder.

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