lunes, 23 de septiembre de 2013

Honestidad

Esta mañana al visionar la última tropelía de "Brian y Roger" no he podido menos que acordarme del cuarto miembro de Queen, el señor John Deacon. Hace demasiado tiempo cuando uno era muy joven y Queen era una de sus bandas favoritas (todavía lo sigue siendo) si me hubieran preguntado sobre el miembro de la banda con el que menos empatizaba, sin duda me hubiera decantado por John Deacon. Freddie era un Dios con su voz lo llenaba todo, Brian May era el contrapunto cuando Mercury se ponía muy lírico allí estaba su guitarra rockera, Roger también tenía su puntito, no cantaba mal, con su instrumento cumplía sobradamente y tenía un aire a tipo gamberro que hacía que cayera simpático, en cambio John Deacon era el miembro más soso, con menos carisma, pero a la postre ha sido el más honesto. Se bajo del barco cuando vio que la cosa iba a la deriva, su última aportación fue en 1997 cuando grabó el prescindible single “No-One But You (Only The Good Die Young)”. Cuatro años después reconoció que no le gustaba lo que habían hecho May y Taylor con "We will rock you" para aquella peliculita llamada "Destino de Caballero" y desde entonces prácticamente  ha desaparecido del mundo, ni una declaración ni una palabra más alta que otra, un silencio total. Incluso buscando por Internet resulta difícil dar con fotos de los últimos quince años, alguna hay como está o esa en la que asiste  (creo recordar a la boda de alguno de sus hijos) punto final.

A estas alturas de su vida supongo que se dedicará a alguna afición "secreta" o no y vera pasar los días plácidamente, guardándose sus opiniones sobre lo que actualmente hacen sus ex compañeros para sí mismo o para su círculo más allegado, incluso es posible que con tanto tiempo de ocio quizás acabe escribiendo una biografía sobre su banda pero todo esto no dejan de ser especulaciones. Lo cierto es que este hombre lejos de buscar más dinero exprimiendo la "marca" Queen ha optado por lo más sensato retirarse a tiempo  y no acabar siendo una caricatura de algo que fue muy grande. Porque un homenaje como el de Wembley en el 92 era algo bonito y emotivo (aunque no sé que hacia Zucchero por allí), porque publicar "Made in heaven" estaba justificado aunque el nivel de la obra no diste mucho de "Hot space", a fin de cuentas eran las últimas grabaciones de Freddie y los fans las queríamos escuchar, aunque no estaban a la altura de las expectativas creadas sobre todo después del buen sabor de boca que había dejado In nuendo, pero todo lo que ha venido después sinceramente sobra, ni Paul Rodgers encajaba en el concepto Queen en directo, y por supuesto tampoco hablemos de esa oda a la nada que es "Cosmos Rock".
El final de esta historia pues ya ven de momento Roger Taylor y Brian May con un chico  salido de un karaoke televisivo, tocando sus "greatest hits" en ocasiones como esta para un público que da tirria verlo y con algunos arreglos en las canciones que dan grima, tampoco mejora "Somebody to Love" con la interpretación vocal e instrumental de Fun, pero si hasta el "bueno" de Roger tiene ahora un ayudante a la percusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario