La verdad es que siendo puristas sólo faltan seis meses para que The Who
cumplan la mágica cifra de 50 años de carrera, aunque si contásemos su etapa
como The Detours esa cifra sería mayor y podrían igualar a la banda más mítica los Rolling
Stones, será de todas formas una cifra mágica que un servidor recibirá con un
sabor agridulce, alegría por ese aniversario y la lógica tristeza que empezamos
a tener algunos cuando sabemos que por mucho que se estiré la cosa a las
grandes bandas les va quedando menos mecha, aunque por lo visto en algunos
conciertos de este mismo año, los problemas de oído de Pete Townsend han desaparecido y
aunque la voz de Roger ya no es la misma son 69 añitos, no hay queja sobre el escenario pueden patear a muchas bandes noveles que parecen aburridas de la vida. Además a estas
alturas no tienen nada que demostrar a nadie, con una obra en estudio no demasiado
extensa once discos y unos directos abrasadores cualquiera que ame el rock y se acerque a
la banda difícilmente saldrá decepcionado, cierto es que sus primeros discos tienen una
onda bastante más pop y psicodélica, por tanto menos dura que lo que vendría
después, pero cuarenta y ocho años después ahí siguen estando en sus conciertos
temas tan imprescindibles como: "I can´t explain", "Anyway, anyhow,
anywhere" o ese himno imperecedero que es "My generation" después
de todo ellos fueron la banda que amén de operas rock demostraron que el uso de
sintetizadores no domesticaba en absoluto su fiereza. Normalmente sus discos
más comentados suelen ser de los once en estudio "Who´s next",
"Tommy" o "Quadrophenia" y en directo el mítico "Live
at Leeds" o el directo en la isla de Wight, por variar un poco y por
nostalgia prefiero detenerme en otro poderoso directo mucho menos apreciado: "Live
at the Royal Albert Hall" grabado el 27 de noviembre del año 2000, un
concierto benefico de esos en que las grandes bandas cuentan con eso que se llama
invitados de lujo, esto último va en los gustos de cada uno de nosotros. Pero lo cierto es que si a estas
alturas ya no nos rasgamos las vestiduras cuando los Rolling Stones suben al
escenario a músicos con los que no conectamos, porque se han ganado el derecho
de subir al escenario a quienes ellos quieren, pues The Who igual.
Para deleite mío está Eddie Vedder que en su peor etapa con su banda a nivel
compositivo y no digamos ya escénico al menos cuando salía a tocar los Who lo veíamos acompañado de una banda dinámica y con classe, y qué decir de mi
antaño adorado Bryan Adams que sale airoso de todo un tema nada fácil
"Behind blue eyes", en cuanto al resto de invitados personalmente no
me aportan gran cosa ni Paul Weller, ni Noel Gallagher, ni Kelly Jones pero
tampoco manchan el legado de la banda. El concierto se edito en su día en DVD y
en un Triple CD, que además de contener los 25 temas del concierto contiene un
tercer CD complementario grabado dos años de nuevo el mismo escenario el Royal
Albert Hall, sólo que en esta ocasión un 8 de febrero del 2002, con el lujo de
que ninguna de estas cuatro canciones estaba en el concierto del año 2000
incluyendo una poderosa versión del "Summertime blues" de
Eddie Cochran y otra tremenda
versión de "Young man blues" en este caso de Mose
Allison, además de la carga sentimental de ser la última
actuación en vida de "The Ox", que unos meses más tarde sucumbiría a
causa de su adicción a la cocaína en Las Vegas la víspera del inicio de una
nueva gira por América de "The Who".
El concierto se abre con los dos primeros hits de su carrera, un
"I can´t explain" y "Anyway, Anyhow, Anywhere" con un Pete
Townshend pletórico a la guitarra y coros como toda la noche, sonando
infinitamente más hard rockeras en vivo que sus primitiva versiones de mediados
los años sesenta. A partir de aquí 23 temas más que recorren todas sus etapas,
con predominio de su disco "Who´s next" del que suenan seis
canciones. Impresionante es la fuerza con que se enfrentan a "The real
me" del disco Quadrophenia.
Una versión del "Magic bus" plagada de armónicas, percusiones y
poderío vocal de Roger Daltrey que se prolonga por más de diez minutos. La
intensidad de que hacen gala temas en directo temas como "My wife" o
"5:15" con "el buey" John Entwistle luciéndose. Lo bien que
lo borda en el plano vocal Eddie Vedder en "Getting in tune y también en "I´m One".
La oscura de la balada "Behind blue eyes". Y clásicos
o himnos no faltan "Substitute", "The kids are
alright" o "My generation". Incluso un tema como "Baba
O´Riley" que le hemos escuchado a Pearl Jam tocar cientos de veces suena
crudo y desgarrado salvo en su parte final donde un violín le da aires más
dulzones. Hasta se incluye algún tema poco habitual de aires más psicodélicos
como ese "Mary Anne with the Shaky hand" que a pesar de ser menos
conocida no desentona entre tanto clásico.
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