sábado, 12 de diciembre de 2015

La teoría de la caja.

Sábado doce de diciembre, uno se imagina cuando lo sacan de casa que los planes consisten en meterse unas cuantas horas deambulando entre hordas de compradores, luces de colores y villancicos. En realidad el plan es algo más original y acabo  en una antigua fábrica de cerveza, reformada lo justo para convertirse en un espacio donde celebrar eventos culturales (bendita sea) accedo con unas entradas que consigue la "jefa" gratuitamente, recibo algún obsequio de los patrocinadores y algunos tickets de cerveza que empiezan a animar la tarde. Es un acontecimiento a modo de feria del libro de Navidad entre presentaciones y puestos de libros, firmas de los autores, música en directo, foodtrucks y alguna actividad afín. La tarde transcurre relajada y todavía se hace más agradable gracias a la aportación de un par de señoras que nos regalan sus tickets de bebida.
Pero el motivo de fondo para haberme llevado al lugar, era una conferencia del escritor Toni de la Torre sobre J. J. Abrams y lo que podemos esperar el fin de semana próximo con el estreno de Star Wars, tras el fiasco de los Episodios I, II y III (en eso coincidimos). El caso es que en los tres cuartos de hora de la charla, el escritor nos explicó de donde proviene el título de su último libro "La teoría de la caja" (por cierto bonita anécdota sobre señor Abrams) que no os voy a desvelar y sobre la que algún sesudo psicólogo podría escribir largo y tendido. Pero el gran peso de la conferencia se lo llevó Lost,  fue un rato agradable recordando aquellos seis años en que muchos teníamos una cita pendiente cada semana y que como mencionó Toni no sólo nos limitábamos a ver un capítulo y a esperar sin más a la próxima emisión, sino que nos sumergíamos en Internet buscando claves y respuestas a los enigmas que cada episodio planteaba, lanzábamos teorías y recibíamos réplicas y contrarréplicas.
Fue un tiempo de adicción que difícilmente volverá, sobre una serie que fue creada en sus líneas básicas en una sola tarde en un Starbucks tanto el tema de los dos hermanos en la isla como el final ya estaban definidos desde el principio. Y aunque al autor le guste más el final que a algunos de nosotros, la serie ha marcado una época. Al final acabé comprándome el libro y el autor podría hasta decir que me escribió una dedicatoria cariñosa  a raíz de que le comentase que en la sexta temporada se le fue un poco la olla a J.J.Abrams poniéndole el ejemplo de aquella escena del tapón de la bañera.
Ahora solo queda disfrutar del libro que seguro no me defrauda.

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